Un ejemplo claro es el cine de Clint Eastwood, donde siempre consigues comprender en toda su dimensión las motivaciones del personaje porque estas avanzan y crecen a lo largo de toda la película junto a él. Al mismo tiempo de teja ver y saborear sus frustraciones y miedos del pasado que, a menudo, son aquello que le impulsa a no querer caer en la misma piedra, sabiendo y teniendo la certeza de que esto sucederá muy a su pesar. Tan áspero y real como la vida misma.
El otro día vi El Asesinato de Jesse James Por El Cobarde Robert Ford y es un ejemplo clarísimo de todo esto. Segúramente es un film que aburrirá a muchos. Es largo, lento y no se basa en llevar nada parecido a un ritmo dinámico ni con grandes puntos de giro. Aún así tiene una fotografía impresionante, abusando de los tonos marrones y amarillentos para asemejar todo a una vieja foto en sepia y con localizaciones extraordinariamente hermosas, con extensos campos de trigo, frondosos bosques y viejas tabernas donde puedes oler perféctamente a whisky y zarzaparrilla si te lo propones.Pero lo más fascinante de la película es que tiene un tratamiento de los personajes trabajadísimo. Un guión que pone a cada uno en su sitio y con el que no te cabe duda de como son ellos, como pueden reaccionar ni de cuales son sus intenciones y miedos. Porque ya no solo se basa en los dialogos, ni en el argumento de la película (que desde el título y desde el comienzo ya te cuenta el final, porque eso no es lo importante) sino en un tratamiento casi telepático de los personajes. Continuamente intentan entre ellos saber que está pensando el otro, que está tramando, si su mirada es sincera o si una u otra conversación ajena puede desembocar en algo que se vuelva en contra de cada uno. Te metes en sus mentes y los silencios son casi más importantes que los diálogos. Y todo esto con unos actores que están brillantes. Tanto Brad Pitt como el hermanito pequeño de Ben Affleck, Casey Affleck (menudo abismo entre ambos a la hora de interpretar), hacen que la cosa quede bien en lugar de ridícula como podría suceder con otros.
Y lo mejor es la última media hora. Tras 2 horas lentas pero muy emocionales la cosa se pone con tintes de leyenda, cuando todas estas emociones se vuelven carne y hueso y el narrador nos guía por los recovecos de sus peores pesadillas. Un final épico acompañado de una acertadísima banda sonora compuesta por Nick Cave y un cameo de éste que engrandece aún más un western moderno no hecho para todos los paladares, pero desarrollado con tanto mimo y con tanta fe en lo que cuenta que me pareció que merecía un reseña.
8 comentarios:
Qué malo el Robert Redford ese...
a ver si este verano veo esta y la tacho de la lista.
Saludos
oalmente de acuerdo con tu opinion,esta pelicula me encanto justamente por su tono posado y lo bien que se perciven los personajes,y Clint es uno de mis heroes.Añadir que la banda sonora por parte de Nick Cave y su fiel espadachin Rasputin esta a la altura de la bella fotografia de la pelicula.
saludos
Tengo un problema con las películas lentas, no las aguanto. Por muy buenas que sean me suponen un sobreesfuerzo que normalmente no puedo ejercer.
Si se me planta el DVD por medio, posiblemente la vea, si no, posiblemente caiga en el olvido.
Soy así para esto del cine... :S
pues ni sabía de esa peli, y mira que el cine es otra de mis pasiones, pero de esta que dices, ni puñetera idea.
mmm, estaba en la lista...y ahora más que nunca
Yo la vi en el cine en VOSE y disfruté como un camello. Larga si, pero para nada se me hizo lenta. Una obra maestra. Y Pitt haciendo la mejor interpretacion de su carrera, sin duda! Dp de un finde en las que me he tragado en familia "Enemigo público" con el Principe de Bel air y el "King Kong" de P.Jackson (que desastre de peli!), uno aprecia todavía más este tipo de cine.
Una peli a fuego lento pero que se saborea de puta madre, al menos en mi caso. Y eso, la última media hora me entusiasmó aún más.
Todo un ensayo sobre la canonización de los mitos de (¿aquella?) América. Una película enorme, vamos. Como enorme la música de Nick Cave y Warren Ellis. Enormísima.
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