"Si no te vuelvo a ver, no quiero despertar, la realidad no me abandona".
No sabía qué escribir pero lo hago:Robe Iniesta ha muerto... ha desaparecido.
Es tremendamente triste que con solo 63 años lo haya hecho. Yo creía que era de esas personas que siempre estaban ahí y que cada dos o tres años nos regalaba un conjunto de poesías y canciones que nos rascaban y nos hurgaban las entrañas... nos arrebataban nuestra pose de tipos duros y nos hacían reflejarnos en el espejo de la vulnerabilidad, la soledad, la desazón o la fragilidad. Segundos después éramos héroes que nos reíamos de todo y nos cagábamos en todos los márgenes escritos y por escribir de la realidad, aquella a la que ningún autor o poeta nos había acercado. Con ironía, mala baba y de manera mordaz e inteligente. Nunca nadie había escrito o cantado sobre ciertas cosas a las que muchas personas no sabíamos ponerle nombre, o al menos tener el valor de acercarnos verbalmente.
Me parece muy curioso que en los 90's era un símbolo de agresividad por sus letras y de radicalidad, de anarquismo emocional y moral, que nos hacía sentir, al verlo, peligro y acratismo. Creo que leyéndole y escuchándole, en las pocas entrevistas que concedía, y por el aporte de sus canciones, empezamos todos a considerarlo una persona extremadamente sensible, tierna, empática y bondadosa. De repente era un tipo al que todos queríamos y que adorábamos como alguien tierno, bueno, cariñoso y sensible. ¿Dónde y cuando sucedió esa irrupción tan bestia?
Entonces él, al mismo tiempo, se fue fundiendo con la conciencia colectiva y empezó a terminar de dar forma a su lírica y su música, transformándola en algo más dedicado a las emociones más escondidas en torno al amor, la soledad, la esperanza y los pequeños resquicios para salir de todo esto y abogar por apostar por la reconciliación con uno mismo, el amor y la vida en torno a este último concepto que lo envuelve todo (en sus canciones y realmente en general en la poesía de todos los autores desde el principio de los tiempos). Pero con la crudeza y con el verso áspero y lapidario de algunos fraseos de sus canciones que de repente, en pequeñas pinceladas, te hacían aterrizar, para que no te convirtieras en un puto cursi, cosa que él odiaba.
Hace un par de días nos dimos cuenta que ya no habría poesía y melodías nuevas de Robe. Que esa persona que nos hizo comprender cosas que nunca nos contaron nuestros padres y hermanos mayores ya no estaba ahí para gritarnos al oído lo importante. Que nos habló de la soledad, el destino, el fracaso, el amor, la añoranza, la vulnerabilidad, el odio, la desesperación, la desilusión, la actitud, el lamerse las heridas, la satisfacción de ser consecuente o coherente, el orgullo o la integridad... Ese tipo que era un demonio para nuestros progenitores y una mala influencia, y que para nosotros era un osito de peluche, tierno, empático y tremendamente emocional, que nos decía todo lo que nuestros puritanos mayores no nos habían contado de la vida, había desaparecido de golpe, como un portazo, sin aviso alguno, pero que nos había dejado algunas de las poesías y lecciones más importantes que podremos recordar para todos los que escuchamos sus canciones.
O acaso no son necesarios versos como:
"Y muere a todas horas gente dentro de mi televisor;
quiero oír alguna canción;
que no hable de sandeces y que diga que nos sobra el amor".
Hasta siempre Robe. Y gracias. No soy capaz de escribir algo mejor. Estoy roto y emocionado. Y esto no me lo esperaba. Ha sido un privilegio descubrirte, absorberte, cantarte (a gritos, a menudo), oírte con mucha atención y verte en directo y pelearme con tus canciones hasta comprenderte y rendirme a tu generosidad y volcarme con tu grandeza como poeta, artista y amigo íntimo, que siempre estuviste ahí. Siempre.
Gracias.

No hay comentarios:
Publicar un comentario