Gran noche de música en la Sala Malandar. Los Diamond Dogs y Las Muñecas De La Calle Feria de teloneros. Estos últimos, la versión sureña de los New York Dolls pero con menos punk en la ecuación. Glam exquisito... zapatos y fulares viejos, maquillaje y mucha pose. Hacía falta una banda así en esta ciudad. Con miembros de los Milkyway Express, La Mula o Los Sentíos. Aún con un guitarrista menos (son tres) y uno de ellos con un aparatoso bendaje en la rodilla y no poder moverse demasiado dieron un excelente concierto. Llevan poco tiempo pero ya tienen varias canciones de nivel. Fue un primer contacto con ellos pero me gustaron.
Con puntualidad casi inglesa aparecieron los Diamond Dogs en el escenario. Una estética impecable
y por lo que demostraron muchas ganas de divertirse. Presentaban nuevo álbum y es evidente que había que
darle cancha. Set Fire to It All, la canción que le da título al nuevo trabajo
podría ser perfectamente un tema de sus primeros discos. Festivo y sudoroso,
con esa actitud nos iba a ganar pronto Sulo y cia. We May Not Have Tomorrow
seguía en la misma línea, con la gente aún algo fría pero nada que no pudiera
solucionar el frontman. Le pide a todo el mundo que de 3 ó 4 pasitos hacia
delante y ahí a la gente se le quitó un poco el miedo. I’ll Drink To You fue otro regalo para los oídos y parecía que había ganas de fiesta.
Evidentemente luego bajaron un poco las revoluciones. Los
últimos discos son un poco menos festivos y hay más medios
tiempos y algún tema lento. Afortunadamente el repertorio estuvo bastante bien
y aunque faltaron clásicos de la talla de From Now On, Generation Upstart, Weekend
Monster, (no cabía en mi cabeza que no entraran estas) y alguna más como Hurt
You Twice As Much que hubiera sido un colofón perfecto, esto no empañó la
velada. Nos quedamos sin algunos de sus mejores himnos, sí, pero tienen un
repertorio tan extenso que pueden no tocarlas y que no afecte en exceso.
Un rato después Sulo desaparece y la banda le sigue. Todos a
excepción del jovencísimo batería. Evidentemente aquí el grupo se toma un
respiro mientras el chaval les cubre las espaldas, ahora con la guitarra
colgada y solo ante el peligro. Un poco bastante desubicado (mientras
los otros habían salido de la máquina del tiempo desde los 70 él se había
quedado en un pliegue espacio temporal en los 90) tocando un tema a lo Jeff
Buckley que no pegaba nada y con un estilo muy grunge, melenas rubias y
camiseta de los Smashing Pumpkins. Afortunadamente tras una sola canción la
banda vuelve al escenario y el chico vuelve a coger las baquetas. No es una
noche para pensar en cortarse las venas sino para bailar.
Y en esas que Sulo aparece con nueva vestimenta y vuelve a
accionar de nuevo el botón On del público. Se le notan mil tablas. En el
repertorio sigue mezclando temas más movidos y otros más tranquilos. Se cuelga
la acústica un par de veces pero donde se le ve curtido es moviendo el pie de
micro. Viene de la vieja escuela y si no sabes moverlo es como no saber bailar.
Da gusto, la verdad. Casi dos horas de concierto bien
aprovechadas. Hemos visto carisma, excelentes músicos, Sulo estaba bien de voz
y a la gente le gustó bastante, o al menos eso es lo que se desprendía de sus
caras. Todo encajó. Hemos tenido la oportunidad de escuchar grandezas como Honked
(quien lo diría después de lo mucho que renegaron de este disco) o Passing
Through My Heart y eso no pasa todos los días.
Los Diamond Dogs ya son prácticamente una banda para Sulo.
Aunque sería esto demasiado injusto, viendo que aún respetan el espíritu de
grupo, se les ve muy compactos y eso es muy positivo. El guitarrista no tiene
el carisma ni la clase de Stevie Klasson pero es cojonudo. El bajista
precisamente es también quien toca el bajo en los Black Weeds de Stevie (ya lo
vi en Cádiz hace un par de años) y no debe ser casualidad que esté en estos dos
proyectos. El teclista, único superviviente original junto al cantante y un
saxofonista muy bueno y más majo que las pesetas. Larga vida a los Diamond
Dogs. Así da gusto.
5 comentarios:
ilustrativa y atomica reseña, los Dogs estuvieron de fábula, pese a que haya mucho snob empeñado en regatear la valía de su directo.
Rock On!
eric waits dijo...
Les vi en Madrid y me gustaron muchisimo. Gran actitud, amables, simpaticos y mucho rock and roll .... el rato del bateria olvidable si ....
El chavalito haciendo el grunge fue un momento épico, jajajaja. Como dice el Koloke, peor es un solo de batería de 10 minutos. La verdad es que Sulo se lo curró, tuvo que jalearnos un poco al principio, pero al momento se montó la fiesta. A mí me encantó el concierto, aunque eché de menos esas canciones que dices, qué temazos. De ellos sólo tengo "That´s the juice I´m on".
Besos!
Tyla DeVille: pues eso tendrá que decírnoslo en la calle, sin duda. Que elija arma.
eric waits: sí, encima amables y simpáticos. Lo del pipiolo no fue tan desastroso, pero desde luego sí prescindible.
lu: cierto, aunque si es Tommy Lee o Jimmy Chamberlin yo me trago 20 minutos si hace falta de solo, aunque no era el caso. Por cierto que por los visto era la canción Diamond Dogs de Bowie, aunque para un pagano del camaleón como yo tampoco es que me enterara.
Gracias a los tres! Un saludo.
Dicen que en esta gira lo están haciendo especialmente bien. Yo cuando me enteré de que venían ¡ya había acabado todo! pardiez
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