martes, 22 de abril de 2014

EL OCASO DE LOS DIOSES


Desde hace años que estoy mentalizado de lo que voy a exponer a continuación pero, las rumorologías, noticias no veraces, desmentidos y posteriores comunicados en el seno de AC/DC la semana pasada me han impactado en los morros. Ha sido como esa avispa que vuela a tu alrededor y que crees que si la ignoras no te va a picar. De repente se posa en tu brazo y sabes que el aguijonazo puede ser inminente, más probable de lo que pensabas. Pues de algo así se trata. El revoloteo de el fin de las grandes bandas en un plazo indeterminado siempre ha dado vueltas, de manera digamos gaseosa, a mi cerebro pero de repente se va solidificando y lo noto, a veces me cubre del sol y siento su sombra sobre mi, incluso puedo olerlo y cada vez pesa más, hasta que un día se desplome.


The Rolling Stones, The Who, AC/DC, Kiss, Aerosmith, Black Sabbath, Deep Purple, Motörhead, Mötley Crüe, Iron Maiden... Malcolm Young enfermo y sustituido en los australianos; Nikki Sixx y sus compañeros dando los últimos capotazos a su carrera; Deep Purple arrastrándose por los escenarios; Lemmy con diversos problemas muy serios de salud que le impiden girar cada vez que quiere iniciar un tour; los Stones celebrando sus bodas de oro al igual que los Who con un Pete Townshend prácticamente sordo, con tinitus...


En el caso de los solistas es diferente. Me imagino a un anciano Eric Clapton tocando sentado cual B.B. King, a Bob Dylan, a un raquítico Paul Mccartney apoyado en su teclado como Jerry Lee Lewis en la actualidad o a un enérgico pero limitado por los achaques Iggy Pop, dando conciertos de 50 minutos, pegando algún saltito pero manteniéndose sujeto al micro la mayor parte del tiempo, poniendo caras con su habitual sentido del humor mientras la mitad de su repertorio se declina por un estilo más bien crooner.


¿Qué podemos hacer al respecto? Pues poca cosa. Que sientan nuestro aliento como es habitual. Eso rejuvenece. Asistir a aquellos bolos que aún no hayamos presenciado o que necesitemos volver a ver. Evidentemente tampoco a cualquier precio, que las giras de despedida saben utilizar también la nostalgia para meter la mano en nuestros bolsillos. Pinchar sus discos y emocionarnos nuevamente sin pensar en que cada año las necrológicas son más frecuentes y más devastadoras con los grandes artistas clásicos. Llevar a nuestros retoños (el que tenga), si se encuentran en edad de comprender tan inmenso privilegio, a uno de estos shows para que siempre puedan recordar y correr la voz de qué se experimenta en el ojo del huracán del rock. No darles el testigo a bandas medianas de segunda división que se auto-proclaman las siguientes en la línea de sucesión, que esperan impacientes y que no han hecho ningún mérito para acercarse a comer ni las migajas que han caído al suelo del plato de los grandes grupos clásicos. Antes que entregarle el cetro a unos Artic Monkeys o a unos Green Day prefiero enterrarlo en algún remoto paraje del que solo tuvieran constancia,  a lo sumo, dos o tres eminentes melómanos que guardarían con recelo, discreción y coraje el secreto, hasta que alguna futura banda estuviera a la altura de recuperarlo para la humanidad en un segundo advenimiento del rock & roll.


Quizás sea el momento de mentalizarse de que esto se acaba. De que nos quedan como mucho 10 años siendo muy optimistas y de que probablemente ahora todos ellos se encuentran en un cruce de caminos divergentes que les lleva a tomar una de dos rutas posibles. Terminar ganando mucho dinero o finiquitar su historia dignamente, con calidad y actitud, dejando el pabellón a la altura de la leyenda.

11 comentarios:

javistone dijo...

Interesante y triste, aunque realista, reflexión. Yo hace años que tengo claro que estamos disfrutando de un bonus extra de muchos de nuestros artistas favoritos, gente que ya estaba ahí cuando naciste y que parece que durarían para siempre. El golpe que supondrá cuando se vayan Dylan o Keith Richards (por que se irán, de eso no se libra nadie) será terrible para mí. Y por eso intento disfrutar e saber que aún están con nosotros. Es lo que tiene la vida, te da unas ostias que hacen que valores las cosas al momento, ya sabes, el carpe diem de toda la vida. Y sí, esa generación (en realidad son varias, pero nos entendemos) es inigualable, es la única, la original, nada volverá a ser lo mismo después de que desaparezcan todos los beatles, los stones, who, clapton... Pero su legado... tio, su legado siempre estará con nosotros. De nosotros dependerá que el tiempo los borre de la memoria colectiva o su leyenda aumente más y más.

Sergio DS dijo...

Estoy totalmente perdido con esta noticia, desde comunicados oficiales y oficiosos, fuentes teóricamente veraces, que confirman y deniegan la noticia. Lamentablemente parece que es así, los grandes astros no son incombustibles como a veces nos creemos o quisiéramos.

Su música: imperecedera.

Unknown dijo...

La verdad es que yo también tengo pensamientos parecidos a los que has plasmado magníficamente en tu entrada, y es que todas esas bandas con las que hemos crecido y envejecido tocan a su fin. Nos queda su legado en forma de discos, porque lo que es relevo, ya no lo tengo tan claro.
Inmenso post.
Abrazos.

Tyla DeVille dijo...

Dolorosa, pero certera reflexión que tengo muy presente.

Lo pensaba el otro día. Cuándo comencé a escuchar rock, buena parte -por no decir todos- de los nombres que citas ya engrosaban la categoría de "dinosaurios" y como tal hablábamos de ellos ("El día que menos te esperes...", "La última gira...") Sin embargo, ay, ya han pasado prácticamente 15 años desde aquello, y lo que se antaño se apuntaba como un vago presagio, hoy tiene las trazas de realidad palpable.

Todos los casos que nombras son dolorosos, sin embargo los problemas de salud de Lemmy fueron de lo que más me afectaron, aquella incertidumbre tras desvanecerse en el Wacken... Uff. Fue, además, como un manotazo de realidad. Sentí que se había cerrado un ciclo, o algo así. Recordé aquellas revistas que compraba de adolescente en las que aparecía, en lo inspiradora que me resultó su imagen, y de repente, está jodido y, como apuntas, no puede ni arrancar una gira en condiciones...

Sad,sad,sad.

KARLAM dijo...

Yo todavía estoy en estado de shock con lo de Malcom Young. Es que no me lo quiero creer ni pensar en ello... Pero ahí está, y no me puedo imaginar a AC/DC sin él. ¡Imposible! Es el motor del equipo, todo gira en torno a su ritmo y sus compañeros lo saben, como han manifestado en múltiples entrevistas años atrás, antes de su desgraciada enfermedad.
Como melómano lo debo todo a AC/DC desde que tengo 14 años y el dia que me falten no va a ser duro, va a ser durísimo el golpe. Y mira que citas nombres ahi que me gustan mucho... pero lo de Malcom, buf! Casi dan ganas de llorar.

Salud

Mr. Thunderstruck dijo...

Sí, efectivamente así es. Nos encontramos en el ocaso de todas esas grandes bandas y así hay que asumirlo y valorarlo, como apuntas. Para mí la década pasada fue un regalazo enorme que no pensaba disfrutar hace 20 años de las múltiples reuniones, regresos o nuevas giras. Era complicado pensar en los 90 que Ozzy iba a venir por aquí, o Mötley Crüe, o KISS con los maquillajes, etc... algunos fueron en esa década sí, pero la pasada es que fue una avalancha de grandes (¿quién me iba a decir a mí que vería a los Who por aquí?) que había que aprovechar a fondo. Ahora nos quedan esos últimos coletazos que ya no serán como los mejores tiempos por supuesto, pero serán todavía. Saludos!!!

Lorbada dijo...

Javistone: por supuesto que su legado perdurará. Hay pocas cosas más inmortales que la música aunque para ellos hay que seguir transmitiendo el mensaje y la buena nueva generación tras generación.

Sergio DS: somos unos privilegiados porque muchas de las bandas que tenemos contienen miembros que podrían haber muerto ya 10 ó 12 veces. Un milagro. Su música estará siempre ahí mientras la escuchemos.

Javier BM: relevo generacional cero patatero. Ni los Crowes, ni Jack White ni muchos otros que podría decirse que están a un altísimo nivel se acercan ni a las pantorrillas de los antes mencionados. No hay ninguna banda de "esa estripe" hoy por hoy.

Tyla DeVille: joder, lo de Lemmy también me dejó noqueado. Quién nos iba a decir que iba a pegar un bajonazo así. Aunque este no me lo veo retirándose, este es más de morir con las botas puestas encima de un escenario.

KARLAM: lo de AC/DC solo le veo una explicación que pienso que puede ser muy lógica. Que el propio Malcolm le haya pedido a sus compañeros que sigan sin él. Ya estuvieron a punto de dejarlo hace unos años cuando la enfermedad de su cantante pero esto sí que no me lo esperaba. Aún así no creo que se prolongue demasiado este plan. Una pena lo del guitarrista, no tiene buena pinta.

Mr. Thunderstruck: la verdad es que esto mismo podríamos haberlo dicho hace 5 ó 20 años pero ya por edad y daños colaterales de esta sí que no pueden andar mucho más por el camino trazado. Lo de los comebacks de la década pasada fue grandioso, así como la fe que han tenido bandas como los Stones, AC/DC, Aerosmith, Maiden y tantas otras que siguen ahí al pie del cañón, con mayor o menor fortuna, pero con legiones de fans y currando aún. A disfrutar de lo que queda que ya llegará la hora de echarlos de menos.

Gracias amigos. Un abrazo.

AltaVOZ dijo...

Sí al parecer esto se acaba, pero a veces pienso que la sombra de estas bestias es tan alargada, y nosotros la hacemos tan grande, que puede que estemos tapando a futuras leyendas que puedan salir. Ojo para mi son mitos todos ellos. Interesante post. Pásate por mi blog a echar un vistazo. Saludos!

lu dijo...

Me identifico totalmente con todo lo que dices. Joder, ¡Lou Reed está muerto! Morirán todos. Somos unos privilegiados; hemos sido contemporáneos de artistas irrepetibles y el futuro del rock pinta como un globo deshinchado. Voy a ver a Robert Plant este verano porque no me puedo morir sin haberle aplaudido en toda su cara, porque su música me hace feliz y forma parte de mi vida, aunque hubiese preferido verle con Led Zeppelin en los 70, claro, pero si viene a casa no le voy a hacer el feo.
¡Vamos a morir todos! Nooooooooooooooooo

PUPILO DILATADO dijo...

Todo buen rockero debería de tener en cuenta lo que seguirá sucediendo estos años, hay que estar relativamente preparados aunque uno nunca podría soportar un mundo sin Malcom o sin Iggy. Me jode todo lo que esta pasando, a quien no!!! También me jode que The Strokes o los putos monos árticos se les vea como la siguiente generación, como su relevo, fuck! Aunque sigo pensando que ni tan siquiera se llega a eso, por desgracia la chavaleria ha perdido ese instinto de búsqueda, de indagar en las influencias de sus idolos , de tener un mínimo de criterio y perspectiva.

Muy buen post, de estos que te hace pensar aunque a uno le entre pánico si se lo piensa demasiado.

Lorbada dijo...

AltaVOZ: la capacidad de sorpresa ha disminuido muchísimo desde épocas pasadas. ¿Demasiada información y acceso a tanta música? Pues probablemente. No me cabe duda de que muchas bandas de haber nacido en otra época serían mucho más reconocidas. Buena reflexión. Pero tambien es cierto que los pioneros y las grandes estrellas del rock estaban hechos de un material diferente.

lu: joder, las grandes estrellas morirán al igual que nosotros. La que se puede liar ahí arriba. Yo me pido estar cerquita de más de uno que hace tiempo que cría malvas. Sí que somos unos privilegiados, al menos pudimos ver a unos cuantos, aunque muchos ya no estuvieran en su mejor época pero los vimos lu, incluso alguno en la misma sala o en el mismo festi :)

PUPILO DILATADO: tenemos ya a una reina que adora a The Killers y generaciones que aman a los Strokes o a los Artic Monkeys sobre todas las cosas. ¿Dónde está el carisma y la revolución de las mentes, los veranos del amor, el No Future y tantas otras cosas? Yo aún no estoy preparado por mucho que me intente mentalizar.

Abrazos y besos my friends. Gracias